OPINIÓN: Ante los acontecimientos recientes de Teuchitlán
Pbro. Camilo Daniel Pérez
Me permito hacer esta reflexión como un ciudadano más totalmente dolido y estremecido por la situación tan tremendamente terrible, tan estrujante e indignante que vive nuestro país y que la muestra más evidente de ello es el hallazgo de ese campo de entrenamiento y exterminio del crimen organizado en el Rancho Izaguirre, Municipio de Teuchitlán en el Estado de Jalisco.
Increíblemente ya tenían conocimiento de la existencia de este campo las autoridades federales, estatales y municipales desde el pasado 20 de septiembre del 2024 arrestando a unas personas localizadas en el lugar, pero desafortunadamente haciéndose omisas ante la magnitud de la inhumana crueldad que ahí tenía lugar.
Fueron las incansables madres buscadoras de sus desaparecidos y desaparecidas que ponen al descubierto este doloroso hallazgo que se hizo público el miércoles 5 de marzo del 2025, gracias a ellas, no sólo a nivel nacional, sino mundial poniendo en evidencia la indolencia y, por decir lo menos, la insensibilidad de las autoridades de los tres órdenes de gobierno.
Tal vez todavía no alcancemos a dimensionar todo el horror de muerte y dolor que se ha vivido y sufrido en ese sitio de exterminio y entrenamiento. Era un lugar donde se reclutaba principalmente a jóvenes para el crimen organizado. Muchos jóvenes fueron engañados a través de redes sociales y otros medios ofreciéndoles un empleo con un buen sueldo y algunas prestaciones. Tal vez otros llegaron a ese lugar por propia voluntad sin imaginarse que entraban a un infierno. Ahí seguramente los entrenaban en combates a muerte para elegir a quienes sobrevivían y les podrían servir como carne de cañón para el crimen organizado. ¡Qué historias tan tremendas nos podrían narrar esos 400 y más pares de zapatos! ¡El circo romano a lo mejor se quedaría corto! Desdeñar esos zapatos es ponerse del lado de los verdugos.
El estremecedor campo de entrenamiento y exterminio puesto al descubierto, solamente se puede comparar con los campos de concentración nazis de la segunda guerra mundial. Desafortunadamente no sólo podemos suponer, sino que ya hay evidencias de otros lugares semejantes a éste y que actualmente están esparcidos a lo largo y ancho de nuestro país, pues el crimen organizado tiene presencia en, al menos, las dos terceras partes de México. Desgraciadamente nuestro país ya parece un inmenso cementerio por tantas fosas clandestinas.
El Rancho de Izaguirre, Teuchitlán, Jalisco nos ayudará seguramente a obtener una foto, una radiografía o, si se quiere, un fresco, una pintura de nuestro país ante las diferentes reacciones que se están dando en nuestra sociedad mexicana. Sin ser exhaustivos y solamente desde la percepción de un simple ciudadano, comento lo siguiente:
1º.- Con respecto a las autoridades públicas ya sean de los tres órdenes de gobierno, sean los dirigentes de los diferentes partidos políticos que tenemos, sean los encargados de la seguridad pública, sean diputados o senadores, sean fiscales, ministeriales o jueces, etc. podemos afirmar que, como integrantes de las mencionadas agrupaciones o instituciones, todos, absolutamente todos se esfuerzan en salvar su propio pellejo, ya sea echando culpas ajenas, ya sea minimizando lo sucedido en Teuchitlán, ya sea manipulando la información de los hechos, etc. De todo ello y más tenemos sobradas experiencias como ciudadanos.
No se puede tapar el sol con un dedo. Ni la Presidente con A puede ocultar lo evidente aunque pida que ya dejen el asunto en paz, hasta que se den los resultados de las investigaciones. Su prevención y su mayor preocupación es salir bien librada de esta situación. Ahí está puesto su corazón, aunque diga otra cosa. Además, el problema que tenemos es quiénes investigarán a los investigadores ante tanto engaño y tanta pérdida de credibilidad. Sería muy importante que los colectivos de las madres buscadoras formaran parte y estuvieran presentes en todo el proceso de las investigaciones y que, incluso, se formara una comisión de la verdad ciudadana. Ellas, las buscadoras, son las más importantes y necesarias para llevar a cabo la “verdad científica” a la que alude la Presidente con A. Ante lo más inhumano que ha sucedido o está sucediendo en Teuchitlán es donde más sensibilidad humana se necesita para sacar conclusiones científicas, amén de la utilización de toda la técnica necesaria.
Nuestra Nación y el pueblo entero desde hace tiempo tiene una herida y un dolor tan profundo en su corazón que este centro de exterminio y entrenamiento nos está restregando nuestras indiferencias en lo más recóndito de nuestra patria. Aquí no valen los términos de “progresistas” o “conservadores”, ni vale tampoco la división de los que tienen el poder político (La 4ª T) y los que son de la “oposición”.
2º.- Un asunto que no es menor y, además, es muy grave. Seguramente buena parte de los ciudadanos tenemos la percepción de que un buen número de funcionarios públicos están coludidos con el crimen organizado en los más diversos niveles; pero nunca se había dado que un gobierno, como lo es el gobierno de Estados Unidos de América (USA) haya expresado, al menos en dos ocasiones, que el gobierno mexicano (sin más) tiene alianzas con el crimen organizado. Hasta ahora no tengo noticia de alguna réplica del gobierno mexicano en dicha acusación.
Independientemente de esta acusación, creo que todos estamos claros que el crimen organizado, es decir, los diversos cárteles no hubieran logrado tanto poder sin la connivencia y la colaboración a los diversos niveles de funcionarios públicos. Muestra de ello es Genaro García Luna, quien fungía nada menos que como secretario de seguridad pública en el sexenio de Felipe Calderón. El crimen organizado ha evolucionado a tal grado que sus miembros acaparan y defienden territorios, son capaces de manejar la economía de determinada región y se han posesionado del poder político manipulando las elecciones y eliminando candidatos que no les son útiles. Es duro decir esto, pero estamos en el zenit de la barbarie.
3º.- Tengo la apreciación (al igual que algunos sociólogos y antropólogos) de que estamos viviendo ya no sólo una época de cambios, sino un verdadero cambio de época con mucha incertidumbre hacia dónde camina la humanidad y cuál será su próximo futuro. Ciertamente el nuevo estilo de vida lo marcarán las redes sociales, los acelerados cambios cibernéticos, la inteligencia artificial, la globalización de la economía, la mundialización del ser humano con miras interplanetarias y, además, unas nuevas maneras de relación con Dios, con la trascendencia, con los seres humanos y con la naturaleza misma. Ciertamente en todo esto no deja de estar presente la “banalización del mal”, como lo expresa Hanna Arendt en sus escritos.
Comento todo esto porque el “fenómeno Trump” al parecer se inscribe en dos factores políticos muy importantes. Uno de ellos es un cambio geopolítico en el mundo. Trump está inaugurando un neoimperialismo. Lo que a muchos nos parecía broma como la idea de anexarse Canadá, de adquirir Groenlandia, de recuperar el Canal de Panamá y su política migratoria y económica rodeándose de magnates, renombrar el Golfo de México, nos hace pensar que, lejos de ser una broma, es un proyecto en la mente de Trump y de mucha gente. El otro factor es el “boom electoral” eligiendo a candidatos populistas sin importar su ética, ni su experiencia política, como tampoco sus ideas descabelladas, sean de derecha o de izquierda.
Por consiguiente, a Trump no le interesa la vida de los mexicanos, sino ve como un obstáculo al crimen organizado para sus fines imperialistas. Para él Los cárteles son un ejército sin control. A Trump sólo le causó una sonrisa benevolente el envió de 29 delincuentes del crimen organizado. Él quiere más: Un deslinde total de los políticos del crimen organizado. Es un reto muy grande para Sheinbaum, pero, además, es necesario para el bien de nuestra Patria. Ojalá la Presidente con A tome cartas en el asunto.
4º.- Ciertamente nosotros como parte de la ciudadanía que somos tenemos una grande responsabilidad en lo que está sucediendo en nuestro país. Al decir ciudadanía me refiero a empresarios, profesionistas, trabajadores, empleados, campesinos, agricultores, educadores, dirigentes de las diversas religiones, organizaciones de la sociedad civil, empleadas y empleados domésticos, etc. etc. Como ciudadanos y ciudadanas ya no podemos ser indolentes y quedarnos en meras lamentaciones. Deberemos tomar conciencia de que el crimen organizado está acabando con nuestros jóvenes y con el futuro de nuestro país.
Lo que urgentemente necesitamos es apoyar todas esas luces que nos dan las organizaciones de la sociedad civil que auténticamente buscan mejores condiciones de vida para todos. Necesitamos que los diversas instituciones educativas no sólo se dediquen a las ciencias técnicas, sino que formen a sus alumnos en derechos humanos, en los valores ciudadanos y democráticos. Necesitamos que las diversas iglesias de las diferentes denominaciones religiosas animen a su feligresía a participar desde su fe y como ciudadanos a favor de una sana convivencia y a ser constructores de la paz. Necesitamos, ante todo, exigir a nuestras autoridades que implementen políticas públicas efectivas en contra del crimen organizado y que no haya posibilidad de que se den en México esos centros de exterminio y entrenamiento para el crimen.
Y, sobre todas las cosas, yo creo que hoy más que nunca deberemos asumir el compromiso de ayudar y unirnos a las madres y personas buscadoras de sus seres queridos, violentamente desaparecidos. Que el lema siga siendo: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Termino con esta oración: Señor Jesús, sé tú la fuerza y esperanza de las madres, padres, hermanos, cónyuges que buscan con denuedo a los seres queridos que han perdido. Te rogamos, Señor, que escuches nuestra súplica. AMÉN.